Passage

Passage es un videojuego experimental desarrollado por Jason Rohrer, en el que los jugadores podrán guiar a un personaje de aspecto pixelado a lo largo de toda su vida, que durará en torno a cinco minutos. Nuestras decisiones, que en muchos casos no serán particularmente obvias, serán las que determinen el final del juego (y de la vida de nuestro protagonista).

La mecánica de Passage es muy simple: usaremos las flechas de dirección para mover a nuestro personaje. Y nada más. Podremos movernos tanto de izquierda a derecha, como de arriba abajo. El formato extraordinariamente alargado de la resolución invita a los jugadores a moverse siempre en línea recta, siempre hacia delante, lo cual es un acto reflejo natural tanto en la vida como en los propios videojuegos. Muchos jugadores, de hecho, no llegan a descubrir siquiera que pueden moverse hacia abajo y explorar el mundo, encontrar tesoros.

La primera gran decisión que podemos llevar a cabo en Passage es reunirnos con nuestra pareja. A pocos pasos de donde comienza el juego, habrá una persona esperando. En cuanto nos acerquemos, podremos ver como un corazón aparece entre ambos personajes y, a partir de ese momento, siempre caminarán juntos. Ahora bien, también podemos evitar este encuentro y emprender una vida en solitario. Como no tardaremos en descubrir, en Passage no hay opciones correctas o incorrectas, simplemente experiencias únicas e individuales.

Passage es uno de los juegos independientes más importantes de la historia y, de hecho, lleva siendo parte de la colección permanente del Museum of Modern Art de Nueva York desde el año 2012, junto a títulos como Pong, Tetris o Minecraft. Al margen de este reconocimiento, es un videojuego sobrecogedor, que ha supuesto una inspiración innegable para algunos de los títulos más populares de la década 2010-2020.